Libro 9: "El piso de abajo de la escuela"
             
           Los afectos y la emociones en el día a día de la escuela infantil



 

 

 

 

 

 

 

Datos:
 
GRAÓ

C/ Hurtado, 29,   

08022 - Barcelona
Colección: 
Biblioteca de Infantil
Prólogo: 
V
içens Arnaiz Sancho
ISBN
84-7827-284-4
Edición: 2002
Páginas: 
196
Lengua:  Español 


NOVEDUC
Av. Corrientes, 4345
(C1195AAC) Bs. Aires
ISBN:
978-987-538-471-2
Edición: 2016
Lengua: Español


ARTMED
Av. Rebouças,1073
05401-150 Sao Paulo
ISBN:
85-363-0334-4
Edición: 2004
Lengua: Portugués

 

 

Resumen:

Este libro es una recopilación de experiencias de aula que transmite una manera de sentir y "crear escuela". En él se habla con frecuencia del piso de abajo, lugar simbólico, a modo de trastienda emocional, que es motor , cueva y cobijo de nuestros deseos, nuestros miedos, nuestras creencias y nuestros más primitivos impulsos, y que nos conforma de manera genuina y diferenciada, según las circunstancias de la vida de cada cual.
 Sin tener en cuenta este piso de abajo tendríamos una escuela muda, tapiada, seca. Considerándolo, tendremos una escuela alegre, viva, llena de acontecimientos, emociones y saberes

Síntese:

Em Afetos e emoções no dia-a-dia da educação infantil, M. Carmen Díez Navarro reflete sobre experiências cotidianas da escola que acontecem tanto ao nosso redor como dentro de nós: o entrecruzar-se de acontecimentos e aprendizagens, de alegrias, rancores e desejos, propondo estarmos preparados para apreender e desfrutar da realidade tudo o que se pode, de modo a qualificar nossa vida e ação pedagógica.
Editora Artmed.

 

Reseña:

CRISTÓBAL GÓMEZ MAYORGA: en CEIP El Romeral (Vélez-Málaga), Kikirikí Cooperación Educativa. septiembre-noviembre 2003, núm. 70.

"Por fin ve la luz el libro que todos los seguidores de Mari Carmen Diez Navarro esperábamos desde que en su anterior obra en castellano (Un diario de clase no del todo pedagógico), anunciaba su nueva dedicación a trabajar "dándole sitio a ese piso de abajo que tenemos cada cual, y que es donde se cuecen los afectos, motores imparables que nos empujan hacia el saber, hacia los otros, hacia la vida..."

En sus anteriores escritos nos presenta una escuela en la que el protagonista no es el señor cuadrado, ni el otoño, ni la t de teja, sino, como escribió Miguel Hernández, nos muestra la escuela del amor, la de la muerte, la de la vida, en la que trabaja temas como los monstruos, los novios, el miedo o los dinosaurios; en donde aparecen cajas de tesoros o de recuerdos; en la que se realizan libros-libres sobre sueños, poesías, cuentos, canciones, trucos; en donde la vida entra en forma de araña, caracol, jilguero, abuelos o padres peluqueros...

En su libro "Proyectando otra escuela" nos descubrió que los maestros y maestras no enseñamos, sino que nos damos, que en la escuela ponemos en juego todo lo que somos. Porque, como ella dice, a la escuela vamos a aprender y a aprendernos.

En la nueva obra, ha bajado a las profundidades de nuestra profesión docente y nos muestra el "piso de abajo", los afectos y las emociones en el día a día de la escuela infantil.

Con su peculiar estilo narrativo, más cercano a la poesía que a la prosaica pedagogía, nos describe las últimas experiencias de su aula, que hablan de serpientes, dinosaurios, piedras preciosas, piratas, linternas, patines o teatro. A la vez, nos muestra cómo en cada uno de estos proyectos vitales afloran asuntos del piso de abajo como la identificación sexual, el miedo, la confusión realidad-fantasía, la necesidad de apoyo en el compañero, el deseo de crecer, de ser fuertes, de mandar, de transgredir las normas, las emociones y las ganas de divertirse.

Y es que Mari Carmen tiene la virtud de hacer fácil lo complejo, a la vez que vislumbra la complejidad del alma humana en lo cotidiano. Tiene la virtud de entrever los sucesos matemáticos enredados en la vida cotidiana, hablando de las familias o estudiando los elefantes. Porque lo importante no es enseñar matemáticas, sino mirar con ojos matemáticos la vida diaria, y mirar en la abstracción absoluta nuestro piso de abajo, nuestros sentimientos más profundos. Nos enseña desde su práctica que lo esencial para el aprendizaje de la lectura y la escritura no es el método sino el deseo: "Se aprende con palabras sentidas".

El piso de abajo no es privilegio de los niños y niñas. Los maestros debemos ser conscientes de nuestro sotanillo, y Mari Carmen desnuda su alma en un gesto de sinceridad que le honra y en el que todos nos vemos reflejados: "Me veo rehuyendo el papel (necesario) de controladora, de señaladora de límites, de frustradora de deseos, de detectora de problemas,..." Un piso de abajo en el que se cuecen nuestros aconteceres afectivos en la tarea educadora: "Miedo a no saber, a fracasar, a equivocarnos, a ser demasiado autoritarios, o permisivos, a la racionalización, a la espontaneidad, a los conflictos con los compañeros, con el director, con los padres, con los niños,...."

Mari Carmen me contaba que algunas personas veían en esta sinceridad de mostrar sus dudas y contradicciones, un recurso literario. Nada más lejos de la realidad, simplemente es sincera como pocos. Sabemos cuánto de verdad existe en sus palabras y gracias a ello nos llega muy dentro: "En la escuela, como en la vida, hay días nublados, en los que se tuerce el corazón a golpe de desastres, de inseguridades, o de errores solemnes. Y días claritos, en los que se te espavila el alma sin poder evitarlo".

En la estructura del libro resume magistralmente su ideario educativo. Una introducción que titula "El oficio del maestro es aprender", en donde define claramente la necesidad del profesorado de asumir nuestra historia, seguir asombrándonos cada día, tener curiosidad, ir cambiando con los tiempos y acumulando recursos. Tres capítulos cuyos títulos resumen sus principios de aprendizaje: Se aprende afectivamente, Se aprende en amor y buena compañía, Se aprende con palabras sentidas. Es, esencialmente, un libro creativo, pero como dice en el prólogo, Vicenç Arnaiz "alumno" de Mari Carmen, "la creatividad que emerge de estas páginas es seductora, porque es transgresora de normas, pero honesta y profundamente sincera".

Es de agradecer, en estos tiempos que corren, un libro que nos descubre la maravilla de ser maestros y valorar el privilegio de asistir al comienzo de la toma de conciencia de sí mismos, a las primeras relaciones con los demás, a la construcción de los valores, al conocimiento del mundo y, en definitiva al desarrollo de la identidad.

En este libro, como en los anteriores, Mari Carmen nos habla de lo esencial de la vida, que debe de ser también lo esencial de la escuela, ser "buscadores infatigables de placer, pero sin negar el dolor inevitable"».