Me he vuelto malo

 
     
   

 


Julio 2020

La ambivalencia con que se vive el sentimiento de celos en la pequeña infancia es tan rompiente, que puede provocar fuertes comportamientos de rechazo. Por un lado los hermanos mayores sienten un natural afecto hacia el hermano y por otro les da rabia ver que ocupa una parcela del amor de la familia que antes les correspondía por completo.
    Desde su narcisismo, los pequeños no llegan a explicarse por qué sus padres han tenido otro hijo, ¡si ya estaban ellos!. Y desean que sus bebés no estén más en casa, que “los devuelvan”, o que, sencillamente, desaparezcan… Un padecer personal que no podemos ahorrarles.